En el dibujo arqueológico de materiales se representa y resaltan las particularidades morfológicas que sirven para clasificar o interpretar las características formales y funcionales del objeto en cuestión, de forma lo más clara y sintética posible creando un documento de trabajo para la investigación arqueológica.
El dibujo arqueológico ha ido evolucionando junto con los actuales cambios tecnológicos. Por tanto, realizamos el dibujo arqueológico utilizando métodos manuales y también empleamos nuevas técnicas de trabajo, como la fotogrametría y el escaneado, que nos facilitan y agilizan la documentación de todo tipo de piezas.
Tras la toma de datos, en la mayoría de los casos se realiza un documento en 2 dimensiones adecuándolo a unas normas (proyección frontal o superior, sección de su mitad izquierda, etc.).
Las nuevas tecnologías generan nuevas posibilidades de representación y también nos sirven para crear reconstrucciones a partir de sus resultados. También nos lleva a nuevos planteamientos como normalizar la gran cantidad y variedad de resultados obtenidos pensando en nuevos lenguajes gráficos de representación.
Un ejemplo un trabajo de documentación de piezas arquitectónicas en el que se realiza una ficha con el fin de poder visualizar fácilmente todas las facetas abarcadas en torno a la documentación gráfica. La ficha permite la recopilación del máximo número de datos precisos sobre sus características: número de inventario, malla en 3D con posibilidad de rotación de la pieza, reconstrucción, acotaciones, descripción de detalles (marcas de cantero, grafitis, policromías, etc.), ortofotos y fotos realizadas, etc.
En cuanto al resultado en dos dimensiones existen variadas formas de representar las piezas arqueológicas dependiendo de diversos factores como la finalidad o aspecto que queramos resaltar o el tipo de material o técnica con la que está realizado.
En conclusión, la documentación gráfica es una herramienta crucial en la investigación arqueológica. Desde la excavación inicial hasta la publicación final, su capacidad para formar e informar es invaluable. El dibujo arqueológico, que destaca las particularidades morfológicas de los materiales, permite una clasificación e interpretación clara y sintética de los objetos. La tecnología ha avanzado con métodos modernos como la fotogrametría y el escaneado, facilitando la documentación y creando nuevas formas de representación y reconstrucción.
La creación de documentos en dos dimensiones, basados en normas específicas, y la posibilidad de reconstrucciones precisas y detalladas, han revolucionado la forma en que se documentan y estudian las piezas arqueológicas. La normalización de estos resultados y la adaptación a nuevos lenguajes gráficos son desafíos que abren puertas a innovadoras formas de entender y representar nuestro pasado.
La ficha de documentación de piezas arquitectónicas muestra cómo la documentación gráfica puede recopilar y presentar muchos datos precisos.
Esto ayuda en el estudio y conservación de nuestro patrimonio arqueológico.
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