La seguridad jurídica para las personas que realicen contratos relativos a bienes inmuebles y la lucha en el sector inmobiliario son los ejes que marcan la importancia del certificado catastral.
La certificación catastral es un documento que acredita los datos físicos, jurídicos y económicos de lo bienes inmuebles que constan en el Catastro Inmobiliario. O bien la inexistencia de tales datos.
El certificado catastral ofrece seguridad jurídica y es una herramienta para luchar contra el fraude
El Catastro es un registro administrativo que depende del Ministerio de Hacienda y Administraciones Públicas. En él se describen los bienes inmuebles rústicos, urbanos y de características especiales.
La certificación catastral consiste en un código alfanumérico formado por 20 caracteres que es asignado por el Catastro. Todos los bienes inmuebles deben tener una única referencia catastral que permita situarlos y conocer los datos necesarios.
¿Qué se consigue con eso? Tener identificado cada inmueble y así evitar fraudes.
Existen dos tipos de certificación catastral:
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Certificación catastral descriptiva y gráfica
Este tipo de certificación contiene, además de los datos básicos de carácter físico, jurídico y económico del bien inmueble, su representación gráfica.
De acuerdo con la normativa catastral, este tipo de certificaciones deberán incorporarse en todos los documentos autorizados por notarios en los que se contengan hechos, actos o negocios jurídicos que puedan dar lugar a modificaciones en el Catastro Inmobiliario (cambios de titularidad, alteraciones físicas de los bienes inmuebles,…etc), así como al Registro de la Propiedad en los supuestos previstos por la Ley.
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Certificación catastral literal de bienes
Contiene los datos alfanuméricos sobre los bienes inmuebles (titularidad, localización, referencia catastral, superficie, uso, cultivos, antigüedad, valor catastral, etc…).
Este certificado puede ser de un solo bien inmueble, urbano o rústico; de todos los bienes inmuebles urbanos o rústicos de un titular en todo el territorio nacional, excepto País Vasco y Navarra; certificación de referencia catastral, sin datos de carácter personal; y certificación negativa, cuando no existe ningún titular con los datos aportados en la base de datos catastral.
La utilización del formato GML para realizar un certificado catastral aporta una información más precisa
Sin embargo, en España ha existido un problema con la información de los bienes inmuebles. En algunos casos, la información del Catastro y la del Registro de la Propiedad no coincidían. Y eso generaba un caos.
Para solucionarlo se implantó la utilización del formato GML, un fichero electrónico que permite el intercambio seguro de información entre Registro de la Propiedad, catastro y notarías y que contiene toda la información necesaria para garantizar una adecuada y precisa identificación de esa parcela.
El formato GML de una parcela catastral es una representación planimétrica en la que se incluyen las coordenadas de la parcela, su perímetro y algunos otros datos de interés, como es la superficie de la misma, los linderos, su identificación numérica y el sistema de referencia concreto que se ha utilizado en ese archivo GML del catastro.
Con este formato se consigue una mayor seguridad jurídica y una herramienta más efectiva en la lucha contra el fraude inmobiliario. Dos aspectos que, como ya hemos señalado, están detrás del certificado catastral.
Para realizar una buena cartografía catastral y adaptarla al formato GML es clave trabajar con especialistas. Como los profesionales de Global Mediterránea y Geomática.
Somos una de las empresas líderes en el uso de tecnologías SIG, y en el desarrollo de certificaciones catastrales y ficheros GML. Así como en la elaboración de cartografía catastral.
Gracias a nuestros profesionales podemos generar un fichero GML optimizado y preciso, de forma que obtendrás una información exacta y segura de tu parcela. Nos encargamos de realizar la validación del GML en el catastro. Si necesitas un presupuesto, te puedes poner en contacta con nosotros aquí.
